febrero 12, 2007

UNA EXPERIENCIA DE RENACIMIENTO

En la soledad del espacio el primer encuentro entre el hombre y la máscara es una experiencia inolvidable. Una forma inesperada de aprendizaje se hace visible y en el más absoluto silencio, el hombre es guiado irremediablemente por este elemento extraño sobre su rostro. El hombre descubre que no puede ser más él, que para ser tiene que inventar nuevas maneras de proceder, como aprender a mirar, a respirar, a caminar, a hablar, nuevas posturas, un ritmo distinto al suyo, una cadencia diferente. En una palabra el hombre vuelve a nacer, renace dentro de la máscara, porque abandona su identidad y da paso a una nueva. El hombre ofrece su ser entero a un único propósito: hacer que la máscara esté viva, lo hace completándola con su propio cuerpo, el hombre se transfigura y a través de una serie de estrategias nace el nuevo ser, el nuevo personaje. Este personaje es el todo indiscutible.